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Cuevas de Canelobre

En la localidad de Busot, a poco más de 20 kilómetros de Alicante y a unos 40 de Elche se encuentran las Cuevas de Canelobre, una de las formaciones subterráneas más asombrosas de España, por su belleza, tamaño, historia y antigüedad.

El descubrimiento de las cuevas se ha datado en el año 740, fueron los árabes los que las exploraron por primera vez durante la ocupación de la península, pero probablemente no llegaron a ahondar lo suficiente para conocer la verdadera magnitud de su hallazgo.

En el corazón de la sierra de Cabezón de León, los túneles recorren las montañas de roca caliza, que han sido progresivamente horadadas por el agua, se encuentra una de las cavidades más impresionante que cualquiera pueda imaginar. El conjunto es una serie de salas y túneles, muchos de ellos están siendo aún explorados y otros solo se dedican a la espeleología, pero la sala principal, que es la más visitada, tiene una capacidad de 80.000 metros cúbicos, su interior supone la bóveda más alta de España, con una altura de casi 100 metros en algunas zonas y una media de 70, para que nos hagamos una idea, un interior más alto y más grande que muchas catedrales.

De hecho, la estructura que forman estalagtitas y estalagmitas recuerdan a las columnas de una catedral, hay un conjunto de formaciones calcáreas que se conoce como “La Sagrada Familia”, con una columna destacada de más de 25 metros (calculando que se forman a razón de 1 centímetro cada 100 años..). En el centro de la sala está la estalagmita “El Canelobre” (candelabro en valenciano) que da nombre a las cuevas.

Hay otras dos salas que se dice que son aún más impresionantes que la principal, pero para llegar a ellas hay que atravesar varios cientos de metros de pasadizos y  bajar por un pozo de más de 60 metros por lo que el acceso está restringido para espeleólogos.

Las cuevas se han datado en el Jurásico, es decir tienen unos siete millones de años, pero nunca fueron tan frecuentadas como durante la guerra civil, ya que fueron refugio del ejército republicano de Alicante que incluso ocultó en su interior una fábrica de aviones “mosca”, para lo cuál, por desgracia dinamitó parte de la estructura, destrozando una parte de la riqueza geológica de las cuevas. Para el traslado del material aeronáutico se abrió una segunda entrada, ya que la original se halla a casi 700 metros de altitud. Esta segunda entrada es la que está habilitada actualmente para el turismo.

En el interior, la temperatura media de la cueva es de unos 18 grados, con un 90% de humedad. Por sus especiales condiciones acústicas se han celebrado conciertos en su interior.

Marga G.-Chas Ocaña

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