Antes que nada debo recordar que la solicitud como Patrimonio a la UNESCO por parte de todas las Instituciones Oficiales de la Comunidad Autónoma de Valencia, hacia todo lo relativo a la más que famosa Fiesta de Las Fallas, ha sido tramitada cada año prácticamente de este presente siglo XXI, cuando no por el Ayuntamiento de Valencia, por la Generalitat Valenciana o por la misma Comisión Fallera, intentando conseguir una “distinción” que no necesita de tanta reticencia, pues se trata de un evento que debería de haberse considerado ya hace tiempo: por su transmisión cultural, artística, gastronómica y atractivo turístico internacional, igualada o superada por muy pocos eventos en el mundo. Todos los años más de un millón de turistas visitan la Capital del Turia para vivir Las Fallas.
Para entender el mecanismo que la ONU utiliza para considerar un Bien Inmaterial como Patrimonio de la Humanidad, debemos tener en cuenta primero que su sede se encuentra en París, primer “filtro” para conseguir dicha Declaración. La UNESCO, un Organismo dependiente de la ONU, tuvo en sus inicios unas “prioridades” para preservar los monumentos más emblemáticos del Planeta, en principio creada para salvar los monumentos egipcios de la Presa de Asuán. Esto ocurría en 1978. Durante la siguiente década se declararon un gran número de construcciones consideradas de Interés Mundial. En la década de los 90s Italia (50), China (47) y España (44) encabezaban la lista con más Patrimonios, de modo que a finales de siglo, se concedieron las últimas Declaraciones y, en general, se “cerró el grifo” ante tanta demanda (1.031 patrimonios declarados hasta la fecha de hoy). En este siglo sólo se han concedido Declaraciones para proteger grandes extensiones, ejemplo del Amazonas o la larguísima “Red de carreteras Inca Qhapaq Ñan”, que incluye más de 30.000 kms de caminos en Sudamérica.
Para que se pueda solicitar a la UNESCO una Declaración como Bien Cultural, Arquitectónico o Natural, debe estar considerado (condición impuesta sobre el año 2000) primero a título nacional y luego de Interés Internacional, requisito que aporta Las Fallas, pero en España resultará más difícil conseguirlo porque seguramente en la Asamblea francesa esperan alcanzar al menos los Patrimonios que ostenta España, ya que tienen 39 y con varias solicitudes tramitadas. Se me antoja un problema político el que hay que salvar, porque el “fenómeno” de Las Fallas, que se celebra en toda la Comunidad Valenciana (Fogueres de Sant Joan en Alicante) y las Fiestas de Moros y Cristianos (que sólo en Alcoy reúnen a 600.000 turistas todos los años), que se celebra en media España y en al menos 17 países, son eventos culturales o Bienes Inmateriales que deberían estar proclamados como Patrimonio de la Humanidad desde los inicios de la UNESCO, sin necesidad de solicitud alguna. Pero espero equivocarme al criticar a los franceses y este próximo mes de noviembre, Las Fallas de Valencia sean reconocidas por este honorable Organismo Internacional.
Toni Ferrando.