Desde tiempos remotos, y en toda Europa, se tiene la costumbre de celebrar el solsticio de verano, la noche más corta del año, prendiendo hogueras. Esta costumbre, según la región, se ha ido sofisticando con el paso de los siglos, y asà tenemos que en algunos lugares acostumbran a quemar grandes árboles, o quemar “cosas viejasâ€, o encender cientos de fogatas en las playas, para saltar por encima de ellas, etc.
En el Levante español, en la Comunidad Valenciana, encontramos que muchas poblaciones adaptaron su celebración del solsticio, la noche de San Juan (nit de Sant Joan), los dÃas 23 y 24 de junio, a la costumbre que tienen en Valencia con la Fallas, es decir, representar escenas o personajes (reales o ficticios) en cartón piedra y armazón de madera, para quemarlas en la vÃa pública, en los espacios abiertos.
En Alicante, se debe esta gran celebración a un gaditano, José MarÃa Py y RamÃrez de Cartagena, amante de las Fallas, que en 1928 consigue organizar los festejos como se conoce actualmente. De aquellas 5 primeras esculturas, se ha pasado en la actualidad a erigir 184 por todo el ámbito metropolitano de la ciudad de Alicante, divididas en distritos, año a año ha ido creciendo en afluencia de visitantes, en parte debido a la obtención del tÃtulo en 1984 de Fiestas de Interés TurÃstico Internacional. De sólo 2 dÃas, se ha pasado a celebrarse del 19 al 25 de junio. La “Casa del Foguerer†es sede de la Asociación y museo de fiestas, y se encuentra en la Rambla de Mendez Nuñez, junto al edificio del Banco de España.
Toni Ferrando y Marga G.-Chas Ocaña